3. Recogida de datos
Contextualización
Alejandro, comienza a buscar cuál sería la herramienta más adecuada para la recogida de datos, entre otras encuentra la entrevista, especialmente interesante en la evaluación de las habilidades sociales porque en sí misma ya es una interacción social del sujeto con otra persona. La entrevista es indispensable, pero no debe aplicarse como único método de evaluación, sino que la información que aporta será ampliada y complementada con la obtenida por otros métodos y técnicas de evaluación.
La evaluación de las habilidades sociales de un individuo suele ser una tarea compleja, ya que debe recoger todos los componentes que hemos visto en temas anteriores y ofrecernos una valoración del grado de competencia en todos ellos: comportamiento social, competencia comunicativa, tolerancia, autoestima, control de emociones, mecanismos de defensa…
Las técnicas más usadas son:
Entrevista
Gracias a la entrevista recogemos información de primera mano sobre cómo interactúa la persona con los demás. La entrevista es una técnica imprescindible, pero no debe ser la única, sino que como hemos indicado antes, se ampliará información con la recogida a través de otros métodos.
La entrevista nos ofrece información en tres niveles:
- Lo que nos cuenta: podemos conocer el problema, la importancia que tiene para esa persona, cómo interfiere en su vida cotidiana y cómo afecta a los diferentes ámbitos. También podemos recoger información sobre su competencia social y su historia interpersonal, así como los modelos de conducta que ha tenido y los reforzadores recibidos.
- Cómo lo cuenta: durante la entrevista se ponen de manifiesto las habilidades que vamos a evaluar y sus limitaciones, lo cual permite al profesional analizar cómo transmite la información (determinando cuáles son sus habilidades comunicativas).
- Cómo se comporta: podemos observar cómo actúa antes, durante y después de la entrevista, lo que nos permitirá tener mayor información y comprensión de la conducta de la persona.
El éxito de ésta técnica depende, en gran medida, de que exista una buena relación entre el entrevistador y el entrevistado. Por lo tanto, es conveniente llevarla a cabo en un ambiente favorable, relajado y calmado, en el que la persona se sienta cómoda y pueda hablar sin miedo.
Para recoger información sobre las habilidades sociales se suele utilizar la entrevista semiestructurada. En este caso es la más efectiva de las que podemos aplicar, en ellas, el entrevistador elabora un guion que debe seguir, pero no de forma estricta, sino que se va desarrollando en función de las respuestas que va ofreciendo el entrevistado. El orden de las preguntas es flexible y se adapta a las necesidades que van surgiendo. Antes de elaborar nuestro guion, estableceremos cuáles son los objetivos de la entrevista, esto nos ayudará a establecer las preguntas necesarias para conseguir la información que deseamos. El primer paso es detectar el problema de la persona y cómo incide éste en su vida diaria, para ello podemos preguntar acerca de: la historia de las relaciones sociales del usuario y el estado de las mismas, las expectativas que tiene la persona respecto a la intervención que se va a llevar a cabo, la motivación o interés por seguir la intervención…
Observación
Mediante la observación podemos examinar y registrar el comportamiento y las habilidades sociales del entrevistado. Para evaluar mediante esta técnica es importante tener en cuenta el entorno y la observación de las propias conductas por parte del individuo.
Consiste en la observación del comportamiento o la conducta de la persona por parte de otras personas del entorno social que tienen relación con la persona observada y de su propia observación. Las reacciones y percepciones de los demás ante la conducta del individuo son importantes, ya que condicionan la propia conducta de la persona.
Como hemos dicho, la observación debe realizarse, siempre que sea posible, en situaciones que resulten naturales para la persona, ya que así, nuestros datos serán más válidos. La espontaneidad de las situaciones naturales tiene un problema y es que es muy difícil fijar los comportamientos clave que se quieren observar y requieren mucho tiempo para que se den dichas conductas. Es por esto que se utilizan, en numerosos casos, las técnicas de observación en entornos simulados (role playing) que nos ofrece la posibilidad de controlar qué conductas se generan en cada una de las situaciones para poder estudiarlas.
También es muy importante la propia observación y la observación realizada por personas cercanas al individuo al que vamos a evaluar. Por tanto, debemos ofrecer unas hojas de registro específicas para que ambas partes nos puedan ofrecer la información.
A través de la autobservación el individuo registra sus emociones, pensamientos, sentimientos y los hechos relevantes para entender la interacción que efectúa. Este proceso implica por un lado, discriminar la presencia o ausencia de la conducta a estudiar; y por el otro, el registro de ésta. A menudo se usan hojas de registro para recoger la información; pero también, diarios o grabaciones.
Una de las hojas de registro más utilizadas es la elaborada por A. Ellis, mediante ésta las personas detectan el momento en el que se ven afectadas, las describen, valoran el malestar que les proporciona y describen la respuesta que efectúan para hacerles frente. Por ejemplo, podemos ver ésta:
Otra de las opciones más utilizadas es crear tus propias hojas de registro, éstas variarán dependiendo de lo que se desee observar. Pero a la hora de elaborar una, deberíamos: definir la conducta que queremos observar y determinar las variables que queremos medir (su presencia, su frecuencia, su intensidad, su valoración subjetiva…), elegir los instrumentos y los parámetros de medida (puntuación de 0 a 5, verdadero o falso, caras positivas o negativas, etc.) y decidir el entorno en el que se va a llevar a cabo la observación.
A continuación, vamos a ver algunos ejemplos de hojas de registro, algunas están adaptadas para niños más pequeños.
Tests o cuestionarios
Por regla general los test o cuestionarios son unas escalas de observación estandarizadas. Esto quiere decir que han sido probadas en una población de muestra con una distribución normal para la característica que se quiere estudiar.
Existen numerosas escalas para evaluar diferentes componentes de las habilidades sociales, en este tema vamos a hablar de las más representativas:
- Inventario de asertividad de Gambrill y Richey (AI).
Este cuestionario está formado por 40 ítems, cada uno de ellos tiene dos puntuaciones diferentes:
- Por un lado, nos indica el nivel de malestar de una persona ante las situaciones (columna de la izquierda). Los criterios son: 1, nada; 2, un poco; 3, regular; 4, mucho; 5, demasiado.
- Por otro, nos da la probabilidad de responder de responder de manera asertiva en cada una de las situaciones (columna de la derecha). Los criterios en este caso son: 1, siempre lo haría; 2, generalmente lo haría; 3, lo haría la mitad de las veces; 4, rara vez lo haría; 5, nunca lo haría.
Para responder al test, primero se responde a la columna de grado de ansiedad, puntuando de acuerdo con la escala anterior. Después, se responde a la columna de probabilidad de respuesta. Al final, se suma cada columna y se analiza el resultado según los criterios expuestos al final del test. Si no se ha encontrado nunca en las situaciones que le propone un ítem, se le pide al individuo que se imagine cómo se sentiría y cómo actuaría si se produjera esa situación.
A continuación vamos a ver las claves para la corrección del cuestionario. Como vemos, al corregirlo, obtenemos dos puntuaciones diferentes:
- Escala de Malestar (la suma de los puntos de la columna de la izquierda).
- Escala de Probabilidad de respuesta (la suma de los puntos de la columna de la derecha).
Para analizar los resultados, diremos que:
- Si el resultado es inferior a 40 en cada columna significa que se es muy asertivo.
- Entre 41 y 70 significa que hay que mejorar algunos aspectos de la asertividad.
- Sin embargo, si el resultado es superior a 71 hay que trabajar este aspecto para conseguir una conducta asertiva.
En ambas escalas, las puntuaciones más elevadas son indicativas de menor asertividad, no obstante hemos de tener en cuenta que, mientras en la primera de las escalas una puntuación elevada sería indicativo de un alto malestar, en la segunda una puntuación similar sería indicio de baja probabilidad de respuesta.
Inventario de asertividad de Rathus (RAS)
Se le pide al individuo que rellene este cuestionario para saber el grado de asertividad que tiene. Se le indica que al recibir el resultado del test podrá acceder a un archivo adjunto que contiene un práctico seminario sobre las habilidades sociales y la asertividad, donde encontrará extensa información y consejos prácticos para mejorar sus relaciones sociales.
La persona debe calificar cada una de las frases con alguna de las siguientes respuestas:
- +3 = Muy característico de mí, extremadamente descriptivo.
- +2 = Bastante característico de mí, bastante descriptivo.
- +1 = Algo característico de mí, ligeramente descriptivo.
- -1 = Algo característico de mí, ligeramente no descriptivo.
- -2 = Bastante poco característico de mí, no descriptivo.
- 3 = Muy poco característico de mí, extremadamente no descriptivo.
Para analizar los resultados de este inventario, debemos:
- Cambiar el signo de puntuación de sus respuestas a las preguntas siguientes: 1, 2, 4, 5. 9, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 19, 23, 24, 26, 30.
- A continuación suma las respuestas de todas las preguntas.
- El resultado oscilará entre +90 y –90:
- Si el resultado es menor de 90, la persona necesita practicar esta habilidad.
- Si el resultado es mayor de 90, el individuo es bastante habilidoso en cuanto a asertividad se refiere.
Escala multisensorial de Expresión Social (EMES) de V. Caballo
Esta escala está compuesta por dos cuestionarios. Cada uno valora aspectos de la expresión social diferentes: los componentes cognitivos y los conductuales. Se puede realizar la prueba de manera individual si sólo queremos conocer uno de los componentes.
En ambos hay un listado de situaciones en la que la persona debe imaginarse y contestar qué haría en una escala del 0 a 4:
- 0 nunca o muy raramente.
- 1 raramente.
- 2 de vez en cuando.
- 3 habitualmente o a menudo.
- 4 siempre o muy a menudo.
A continuación, veremos un extracto de cada uno de ellos (tomados de la página web que se indica a continuación) y cómo interpretarlos:
- La EMES-C valora los componentes cognitivos con un cuestionario que consta de 44 ítems. Nos da información sobre los miedos y la ansiedad que provocan determinadas situaciones a la persona. Cuanto mayor es la puntuación, mayores son los pensamientos distorsionados.
- Éste sería el formato de la prueba y a continuación, vamos a ver cómo se recogen los resultados obtenidos.
- La EMES-M valora los aspectos conductuales. En este caso el cuestionario consta de 64 ítems y cuanto menor son las puntuaciones, mejores son las habilidades sociales que tiene el individuo.
- En ambos cuestionarios debemos sumar todas las puntuaciones y luego interpretar el resultado. Eso sí, es importante tener en cuenta que los ítems marcados con un asterisco puntúan a la inversa, es decir, si la persona puso 4, la puntuación es 0 y viceversa; si puso 3, sería 1; y si puso 2 se quedaría igual. La unión de los dos cuestionarios nos da una idea de las habilidades sociales que posee el individuo.
- Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad (ISRA) de J. M. Tobal y A. Cano.
Este inventario consta de 224 ítems y evalúa los componentes cognitivos, fisiológicos y conductuales de la ansiedad por separado. A partir de éste, sus autores crearon la “Escala
Reducida de Ansiedad”, para que su aplicación sea un poco más sencilla.
A lo largo del cuestionario se presentan unos síntomas cuya frecuencia será determinada según los siguientes parámetros:
- 0 casi nunca.
- 1 pocas veces.
- 2 unas veces sí y otras veces no.
- 3 muchas veces.
- 4 casi siempre.
Una de las características de este inventario es que recoge conductas pertenecientes al sistema cognitivo, al fisiológico y al motor, por lo tanto, podemos obtener una puntuación para cada uno de los ámbitos. Sí es importante realizar la prueba siguiendo el siguiente orden: cognitivo, fisiológico y motor.
Se pide al individuo que evalúe la frecuencia con que manifiesta las distintas respuestas en cada una de las situaciones. El cuestionario nos permite obtener un perfil de reactividad individual. Los resultados se obtienen sumando los datos de cada una de las tres escalas (excepto la fisiológica que antes de sumarla a las otras dos, hay que dividirla entre dos). Tras este paso, las puntuaciones directas se convierten en centiles que podemos valorar teniendo en cuenta los baremos incluidos en el manual de la prueba.
A continuación se muestra un extracto de la Escala Reducida de Ansiedad:
La escala de habilidades sociales de E. Gismero
Esta escala es muy fácil de utilizar. Está formada por 33 ítems con los que se miden las habilidades sociales y nos permite identificar las áreas en las que existen déficits. Dicha evaluación se realiza a partir de 6 factores:
- Autoexpresión en situaciones sociales. Mide la capacidad de expresarse sin ansiedad y de manera espontánea en situaciones sociales.
- Defensa de los propios derechos como consumidor. Valora la expresión de conductas asertivas y defensa de los propios valores frente a personas en situaciones de consumo.
- Expresión de enfado o disconformidad. Nos da la oportunidad de conocer la facilidad o dificultad para expresar desacuerdos con otras personas.
- Decir no y cortar interacciones. Interpreta la habilidad para negarse a continuar algo con lo que no estamos de acuerdo.
- Hacer peticiones. Muestra la facilidad o dificultad para pedir a otras personas lo que desee (con personas conocidas o desconocidas).
- Iniciar interacciones positivas con el sexo opuesto. Indica la habilidad para iniciar interacciones de manera espontánea con personas del sexo contrario.
En el caso de esta escala, una mayor puntuación nos indica que la persona tiene más habilidades sociales y más capacidad de aserción en los diferentes contextos de la vida cotidiana.
A continuación vemos un extracto de la prueba tomado de la página web:
Ventana de Johari
Fue creada originalmente por Joseph Luft y Harry Ingham, de ahí que con las primeras letras de los nombres propios de cada uno se creara el concepto Johari.
Podemos considerar este instrumento como una herramienta útil para explicar y representar cómo se desarrollan las comunicaciones de cada persona con las otras. Es un buen instrumento para valorar la competencia social del individuo.
Propone dos puntos de vista clave: el yo y los otros, es decir, el punto de vista interno y el punto de vista externo. A su vez, desde dos enfoques diferentes: el emisor y el receptor.
Consiste en una matriz que muestra gráficamente los procesos de comunicación e interacción del grupo (los otros). Establece dos dimensiones: la visión de uno mismo y la visión de los otros; dentro de ellas dos variables, lo conocido y lo desconocido.
Como vemos en el gráfico, se hacen 4 áreas fácilmente reconocibles:
- Área pública: todo aquello que conozco sobre mí mismo y que los demás también conocen. Suelen ser cosas evidentes como el sexo, la edad, opiniones públicas, gustos… Según la teoría, “la persona en la que predomina el área pública vive de manera más armónica y sana, pues se muestra tal cual es, se conoce a sí misma y no vive con miedo a que los demás la conozcan”.
- Área oculta: aquello que yo conozco de mí, pero que los demás no saben y no quiero compartir Por ejemplo: vivencias, sentimientos, experiencias íntimas, miedos, secretos, ideas, etc.
- Área ciega: aquello que los otros perciben de nosotros; pero nosotros no, lo que comunicamos a los demás sin saberlo. Por ejemplo: las impresiones que causo en otros, sentimientos que muestro sin darme cuenta, limitaciones de las que no soy consciente…
- Área desconocida: aquello que yo no conozco sobre mí y que los demás aún no han descubierto tampoco. Por ejemplo: instintos, conciencia, vivencias reprimidas, habilidades ocultas, etc. Los creadores de este modelo nos dicen que “en esta parte de la ventana se encuentran los sentimientos reprimidos, miedos desconocidos, fobias, y comportamientos condicionados desde que eras un niño”.
Este instrumento se lleva a cabo para conocernos mejor, valorando nuestras características de manera honesta. Para ello debemos:
- Escoger de la lista que te ofrecen entre 5-6 características que consideres que son las que mejor te representan.
- Dar a elegir a un grupo de personas las 5-6 características que según ellos son las que mejor te definen.
- A partir de aquí, tú mismo puedes construir tu propia ventana de Johari:
- Clasifica como públicos aquellos rasgos que tú has identificado y al menos otra persona ha coincidido contigo.
- Clasifica como Ciegos los rasgos que otros han señalado pero tú no.
- Agrupa como Ocultas las características que tú has enumerado pero que los demás no han reconocido en ti.
- El resto de rasgos ponlos en el área Desconocida. Se recogen en esta área por descarte, no significa que necesariamente formen parte de tu subconsciente.
Si finalmente te animas a hacer este ejercicio, seguramente descubrirás habilidades y puntos fuertes que no sabías que tenías.
Cuando se realiza esta dinámica en los grupos la confianza y el compañerismo entre las personas crece en la medida que se va revelando información sobre uno mismo.
Vídeo: Las técnicas e instrumentos de evaluación
Pincha en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=gArBnJL-kg8
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