3.1 Secuenciación de la cadena de supervivencia
Consta de una sucesión de cuatro pasos o eslabones que han de seguirse de forma correcta y ordenada, son los siguientes:
PASO 1
Reconocimiento precoz y demanda de ayuda
En el caso de que reconozcas a una víctima con un ataque al corazón o una parada cardiorrespiratoria, seas capaz de reconocer que se va a producir de forma inminente, o si te encuentras ante una víctima que no respira, activarás inmediatamente los servicios de emergencia llamando al 112.
PASO 2
Reanimación cardiopulmunar (RCP) precoz
Se iniciará inmediatamente las maniobras de soporte vital básico, que las llevarán a cabo las personas que han presenciado la parada (los testigos), de forma inmediata después de haber avisado. Si la persona que va a socorrer a la víctima y que ha llamado previamente no está formada en RCP, el operador telefónico de emergencia le irá instruyendo paso a paso.
PASO 3
Desfibrilación temprana
Es la única medida con la que se puede recuperar un latido cardíaco cuando la parada cardíaca es provocada por una fibrilación ventricular; se realiza con un aparato llamado desfibrilador de manejo sencillo, que puede ser utilizado por el testigo o por los equipos de emergencia. Así una desfibrilación en los primeros 3-5 minutos más las maniobras de RCP realizadas después de un paro cardíaco aumentan la supervivencia de la víctima.
PASO 4
Soporte vital avanzado y cuidados posteriores a la resucitación
Estas medidas son las adecuadas para dejar el mínimo de secuelas tras una parada cardíaca. Se aplican técnicas como la estabilización de la vía aérea, la colocación de accesos venosos o la administración de fármacos. Este cuarto eslabón de supervivencia es llevado a cabo exclusivamente por los profesionales sanitarios con las técnicas y medios apropiados.
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