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1.4. Intervención pública. La asistencia social.

Conforme los principios liberales se van fortaleciendo a partir de la Revolución francesa, cuando los nuevos Estados van consiguiendo el protagonismo a la hora de estableciendo las acciones de atención a la alteridad, en perjuicio de la Iglesia y de otras instituciones privadas.

Pero, para la mayoría de los Estados, tendrá que pasar décadas para aceptar la protección social como un deber inherente a sus funciones, por lo que la beneficencia se planteará todavía como una acción de gracia.

¿Cómo se pasa de la beneficencia a la asistencia social?

Conforme los Estados fueron estableciendo determinadas parcelas de provisión social como una responsabilidad propia, se fue generando el cambio de un modelo de beneficencia a otro de asistencia social. Es decir, surgen el plantear determinados servicios y recursos sociales como una obligación por parte del Estado.

La acción social en España

En España las leyes para ordenar y sistematizar la acción social no llegaron hasta mediados del siglo XIX. Una primera ley de Beneficencia fue aprobada en 1822 y la segunda, de mayor alcance llega en el 1849.

Debido a los cambios en las relaciones de trabajo, las migraciones y las dificultades en las condiciones de vida, el país un fortalecimiento de los movimientos obreros, que empiezan a condicionar la agenda política del momento. Las reivindicaciones obreras se traducen en unas mejoras en las condiciones de trabajo y en las prestaciones sociales, que van incorporándose a la normativa. Algunas de las leyes que podemos destacar en este sentido son:

Algunas de estas leyes fueron impulsadas desde el Instituto de Reforma Sociales (IRS), cuyo origen data de 1903 cuyo propósito era el de investigar y proponer cambios legislativos que cambiaran las difíciles condiciones sociales emergentes en el momento.

Fue el movimiento obrero, quienes impulsaron la creación de diversos mecanismos de ayuda mutua y de previsión social.

La acción social en la Segunda República

En el transcurso de la Segunda República en España, la beneficencia deja paso a un sistema de asistencia social.

Es en la Constitución de 1931 donde se establece el marco jurídico para hacerlo efectivo y su legislación social regulará, entre otros aspectos:

Todas estas intenciones se vieron paralizadas tras el estallido de la Guerra Civil y la implantación de la dictadura.

La acción social durante la dictadura

Tras la Guerra Civil Española y la victoria del ejército de Franco, se establece en España una Dictadura fascista y que hará que España se aleje del camino de los países europeos con regímenes democráticos, esto supondrá mantener unas estructuras económicas arcaicas que la incapacitan para el desarrollo de un verdadero estado del bienestar. En este contexto, España permanece anclada en el modelo de la beneficencia o, como mucho, de asistencia social.

Para saber más...

El número de horas de trabajo de los obreros en la Europa del siglo XIX fue muy variable, y sus condiciones laborales muy precarias, en función de la actividad desarrollada. En las fábricas algodoneras la duración de la jornada podía llegar a las quince horas. La duración de la jornada fue disminuyendo a lo largo del siglo XIX. Hacia 1870, los obreros ingleses trabajaban como media unas doce horas diarias y con pocos días de descanso.

En la década de los años ochenta, la jornada se fue rebajando hasta las diez o nueve horas. Una de las grandes reivindicaciones de las organizaciones obreras durante todo el siglo XIX y los primeros años del siglo XX fue la jornada de ocho horas de trabajo, seis días a la semana. En algunos países de Europa se tardaron décadas en conseguirlo.

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