5. Igualdad a través del juego I
Contextualización
Es el momento de educar a los niños y niñas desde el punto de vista de la cooperación, el respeto, la coeducación e igualdad. Dejando de lado los estereotipos racistas, sexistas o clasistas, y trabajado en la educación integral de cada niño para crear una sociedad igualitaria. En este epígrafe, Juan reflexionará, y aprenderá a educar la mirada, para "mirar desde la igualdad", porque en las escuelas es donde el cambio comienza.
“Jugaba con niñas porque ellas hablaban más y corrían menos”. Esta frase, extraída de un maravilloso artículo de Santiago Roncagliolo (Princesas y futbolistas) define a la perfección la naturaleza de las relaciones sociales de algunos niños con diversidad funcional.
Al principio del camino, los padres de niños que nacen con diversidad funcional suelen preocuparse con interrogantes acerca de si alcanzaran o no determinadas funcionalidades básicas (hablar, andar, controlar de esfínteres, autonomía en la vida diaria), así como objetivos intelectuales también esenciales (leer, escribir, calcular…). Sin embargo, cuando el tiempo pasa y crecen, son conscientes de lo enormemente importante que resulta para su felicidad la inclusión social. Así que, sus manifiestas dificultades para establecer relaciones sociales con niños de su misma edad, acaba generándoles enorme angustia y ansiedad. Especialmente en el caso de niños/as a quienes precede algún hermano/a mayor, que constituye su referente y cuyas relaciones sociales aspiran a imitar.
La normalización de la vida social implica para la familia una cuota de sufrimiento importante que atraviesa diferentes etapas con distintos motivos de abatimiento. En una primera etapa son inevitables las comparaciones: mortificadoras tardes de parque donde sólo ven lo que otros niños de su edad ya hacen y que tu hijo quizás nunca consiga. Al resto de niños, a aquellos que no nacen con diversidad funcional, no se les somete a la humillación de ser permanentemente comparados. Y no importa que esas reflexiones no se hagan en voz alta ni delante del niño/a. Son los mayores expertos en comunicación no verbal y absorben esos sentimientos que pueden acabar pasando factura a su autoestima. Debemos valorar como se merecen los esfuerzos que deben realizar todos y cada uno de los días de su vida y aceptar su forma de ser y funcionar, y disfrutar del ser único y especial que es.
CURIOSIDAD...
Enlace de ampliación
https://elpais.com/elpais/2013/01/23/eps/1358966649_605655.html
Imagen:
Obra publicada con Licencia Creative Commons Reconocimiento Compartir igual 4.0