Características pedagógicas
Piensa y rellena el hueco.
Rellena con el tanto por ciento que crees que representa el comedor, entre las siguientes opciones: 9%, 15%, 23%, 41% o 56%.
Los hábitos alimentarios adquiridos en este periodo son decisivos en el comportamiento alimentario en la edad adulta, y éste, a su vez, puede incidir en los comportamientos de las siguientes generaciones. La educación debe considerarse, por tanto, como una herramienta indispensable en la prevención de los trastornos alimentarios. Pero, no es solamente en la escuela donde se educa nutricionalmente al alumnado, ya que en esta labor son decisivos la familia, el entorno y los medios de comunicación social (televisión, cine, etc.). Así es necesario coordinar los mensajes para evitar posibles contradicciones, o al menos analizar dichos mensajes para enseñar a los alumnos/as estrategias que les permitan en el futuro tomar sus propias decisiones.
ALGUNAS CLAVES PARA EL ÉXITO EN EL APRENDIZAJE DE BUENOS HÁBITOS ALIMENTARIOS
MANTENER UNA ACTITUD POSITIVA
Haz de la comida un momento agradable y, cuando hables de alimentos, enfócalo bien. En lugar de decir al niño “te guste o no, hay espinacas”, puedes decir “hoy hay espinacas, ¡qué buenas!”. Comenta las bondades, por ejemplo un alimento que estés comiendo diciendo algo como “esto me encanta, ¿quieres probarlo?”. Te sorprenderá el resultado. Comenta siempre que haya oportunidad lo bien que está participando "¡Pero que rico está y qué bien estás comiendo María!". Sin darnos cuenta, manteniendo una actitud de "vigilancia" puede que solo prestemos atención a los niños y niñas que lo hacen "mal" posibilitando que lo hagan para llamar tu atención.
ACTUAR CON FLEXIBILIDAD
No se trata de que el niño decida el menú, pero si de vez en cuando le dejas elegir ciertas cosas, se sentirá valorado. No es negativo recurrir alguna vez a pactos: si un día no consigue acabarse el plato, utiliza fórmulas como “acábate esta mitad”, o “sólo dos cucharaditas más”. De esta forma verá que le entiendes y eres flexible, pero que eres tú quien marca la pauta. No forzar en ningún caso ni premiar que lo cumpla.
RECURRIR A LA IMAGINACIÓN
A menudo los niños dejan de comer porque se aburren. Amenizarles la comida o presentar el plato de forma atractiva son formas de evitarlo. En ocasiones puede que el único tema de conversación en la mesa de comedor sea quien come bien y quien come mal. Procura mantener conversaciones, insta a que te cuenten alguna historia o que entablen conversaciones. La mesa debe ser un lugar para compartir y aprender.
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