Problemas Comunes en la Nutrición Infantil

Retroalimentación

El niño debe aportar por su alergólogo la hoja con identificación de los alimentos prohibidos y el protocolo de actuación ante una reacción alérgica. Esta información y la forma de administración debe ser conocido por el personal de cocina y comedor. Así mismo, la medicación necesaria para administrar ante una reacción alérgica debe estar en un lugar accesible y conocido por todo el personal del centro.

• Los monitores del comedor dispondrán de toda la información sobre la alergia del niño y la manera de actuar ante una reacción alérgica.

• Identificarán al niño con alergia y aumentarán la vigilancia, evitando que los niños intercambien comida. Es conveniente sentarlo siempre en el mismo lugar para facilitar la vigilancia, aunque no es necesario sentarlo solo.

• Servir toda la comida del niño con alergia en su bandeja individual, no sirviendo platos compartidos como ensaladas.

• Dar sólo alimentos seguros, en caso de duda, retirar el plato.

• Si el niño rechaza un alimento nunca obligarle a tomarlo.

Habituar a todos los niños a lavarse las manos y boca después de la comida para evitar que contacten con restos de alimentos o trazas con el niño alérgico, además de constituir una norma de higiene básica.

Norma extraídas de las recomendaciones de AEPNAA para niños alérgicos.

Retroalimentación

Lo que nunca deben hacer los monitores del comedor

- Obligar al niño a comer: castigar, instar o presionar al niño para que coma es contraproducente.

 - No darle un “premio” si se toma el alimento que rechaza. Es un error, por ejemplo, ofrecerle un postre que le encante a cambio de que coma el alimento que rechaza porque, de este modo, se fortalece que el niño siga rechazándolo para conseguir algo bueno a cambio de que finalmente lo coma.

- Instar al niño a que deje el plato limpio: no todos los niños son capaces de comer la misma cantidad de comida. Los cuidadores deberían respetar que igual que hay niños que piden repetir, hay otros que no son capaces de terminar todo lo que hay en el plato.

- Comparar o humillar al niño: hacer que el niño sea el hazmerreír de sus compañeros de mesa exponiendo lo mal que come o haciendo comparaciones sólo conseguirá que el niño aborrezca comer en el colegio.

- No hacer comentarios negativos con otros monitores delante del niño, o preveer que tendrá mala conducta  (“ni le sirvas de eso, que no se lo va a comer…”) que van a fortalecer el rechazo. En lugar de eso utilizar frases positivas, buenas expectativas.

Lo que deben hacer los monitores del comedor

- Incentivar al niño: motivarle con frases cariñosas cuando lo haga bien o reforzando positivamente su buena conducta en la mesa.

- Introducir el alimento en su dieta de manera continua pero lentamente. Sin forzar. Aplaudir y animar con cualquier tentativa y avance en la mejora de su conducta alimentaria.

- Consumir el alimento en cuestión  delante del niño de manera natural pero sin invitarle directamente, comentar con el resto de alumnos que lo comen lo rico que está.

- Aplicar grandes dosis de paciencia: aunque desespere el hecho de que un niño no coma, con la presión sólo se conseguirá el bloqueo del niño.

- Avisar a los padres: en caso de que el niño no haya probado absolutamente nada

RECUERDA: Hay pocos adultos que coman absolutamente de todo, todos tenemos nuestro gusto personal más o menos marcado, y no se debe pedir a niños pequeños más de lo que hacemos los adultos. 

Retroalimentación

• Algunos niños y niñas, sin estar enfermos, pueden vomitar o sentir náuseas. Debemos asegurarnos de que el menor no se encuentra enfermo. 
• Cuando se vomita, en muchos casos provoca que los cuidadores le permitan no comer, lo que provoca una ganancia muy valorada, y puede hacer que se repita la conducta en el futuro. También suele recibir mucha atención, lo que para algunos niños puede ser reforzante. Evitar dar demasiada importancia al vómito, no reñir. 
• Al asco se llega por varios motivos, puede que haya una reacción de asco directamente (textura, por ejemplo) y en ese caso, de nuevo, paciencia y estrategias de repetición respetuosa y ejemplo sin forzar nunca.
• Nunca hay que obligar a un niño a que coma algo que le da asco. Ni con presiones, ni con amenazas, ni con chantaje.
• Debemos entender que en muchos casos es involuntario y hay razones completamente naturales por las que los niños pequeños pueden mostrar asco por determinados alimentos. Las texturas viscosas o con tropezones de diferente dureza pueden causarles asco. Y esa es una reacción natural que previene atragantamientos y no todos superan en la misma etapa. Los sabores amargos de algunas verduras también es natural que los rechacen, es otra reacción natural que evitaba que se comiera algo venenoso y puede que, incluso si el alimento es sano y el sabor no muy intenso, la reacción se produzca. De nuevo, paciencia.
• Cuando a los niños se les insta a comer más deprisa "venga que vas muy lento", "corre que si no no podrás salir al patio" favorecen la acumulación de comida en la boca que el niño se ve apurado para masticar (se le hace "bola"). Por tanto, respetar el ritmo de ingesta. Aplaudir y prestar atención cuando tenga un buen ritmo y esté comiendo adecuadamente.
• Cuando la bola lleva un rato rodando de un lado para otro en la boca, pedir al pequeño que la eche en una servilleta de papel, sin regañarle. No prestar excesiva atención.