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Intervención educativa por edades

 EVOLUCIÓN DE 0 A 2-3 AÑOS

• Los niños y niñas de 0 a 3 años aprenden de lo que observan, escuchan, tocan. Es decir, aprenden a través de la experiencia.

• En el primer año de vida son totalmente dependientes de sus cuidadores. Lo fundamental es que reciban la atención y cuidados necesarios y que desarrollen sentimientos de confianza a través de las personas más cercanas.

• Durante el segundo año de vida, empieza a ser autónomo en algunas actividades como el desplazamiento.

DE 2-3 A 6 AÑOS

• A partir de esta edad empiezan a controlar su atención.

• Son más capaces de mantenerse realizando una misma actividad.

• En esta edad aprenden a través de la observación y la imitación de modelos. Empiezan a desarrollar su iniciativa.

 DE 6 A 12 AÑOS

• En estas edades pueden coordinar a la vez diferentes informaciones e ideas.

• Son más reflexivos.

• Empiezan a buscar apoyo no tanto en los adultos y cuidadores como en otros niños y niñas.

A PARTIR DE LOS 13 AÑOS

• Una de las tareas del adolescente es formar su identidad.

• Tienden a copiar la identidad de sus referentes: músicos, deportistas,...

• Dan gran importancia a la imagen personal.

• Suelen participar en actividades de grupo.

Actividad de lectura

Como hemos visto, desde la primera infancia a la adolescencia, son diferentes las habilidades y capacidades, y hemos de adaptarnos a las necesidades del niño o niña en el comedor escolar.

De igual forma, en la educación para la salud hemos de ser conscientes de la importancia de los mensajes que trasmitimos a los niños y adolescentes. Siempre hemos de intentar incentivar la buena alimentación y la ingesta con calificativos como "estarás sanísimo", "vas a estar muy fuerte", "tendrás energía para aprender un montón". Debemos evitar calificativos corporales como "Estas muy delgaducho, tienes que ponerte mas grande", o a la inversa "No puedes repetir que te vas a poner muy gordita", "Muy bien, ahora que comes menos estas mas delgada".

Los mensajes corporales en niños y niñas influyen más de lo que pensamos.

Puedes leer esta carta real que una mujer escribió a su madre, que habla sobre este tema.