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4. Desarrollo grupal

Por regla general, los grupos siguen el mismo proceso, incluso en diferentes contextos. El ciclo que sigue el proceso suele tener las siguientes etapas: orientación, establecimiento de normas, eficiencia e integración grupal y final. A continuación vamos a hablar de cada una de ellas, ya que el conocimiento de éstas es interesante para el profesional, pues aplicará unas técnicas u otras en función de la etapa en la que se encuentre el grupo.

Etapa de orientación

Al formarse un grupo, la primera fase es la toma de contacto entre sus miembros. Surge la incertidumbre sobre el propósito, la estructura… por lo que ese desconocimiento mutuo hace que aparezca la inseguridad.

Etapa de establecimiento de normas

Poco a poco la comunicación se va haciendo más fluida y comienzan a aparecer los primeros intercambios de afecto, por lo que va apareciendo la identificación entre los miembros. Durante esta etapa, los miembros del grupo sienten la necesidad de crear unas normas que les guíen sobre los comportamientos aceptados. De este modo, se van estableciendo los roles y aparece la lucha por el liderazgo del grupo. Para que el grupo sea consistente es necesario trabajar desde el respeto, la coherencia, el diálogo, la cooperación y la actitud para afrontar los conflictos de manera positiva.

Etapa de eficiencia e integración grupal

A medida que la comunicación es más fluida y abierta, los conflictos se resuelven más fácilmente a través del diálogo, las decisiones se toman por consenso y se tiene un sentimiento fuerte de identidad grupal. Cuando todos los miembros del grupo se sienten satisfechos, válidos y aceptados, podemos decir que el grupo se encuentra en su momento de mayor eficiencia.

Etapa final

Cuando los objetivos planteados son alcanzados, el grupo ya no tiene un fin común, por lo que al final, el grupo se dispersa; aunque haya personas que intenten mantenerlo. A no ser que el grupo encuentre un nuevo fin en común, un nuevo proyecto al que pertenecer juntos.