5.1. ¿Cuáles son las estructuras más importantes?

Las estructuras sociométricas.

Estas estructuras reflejan la configuración de la red de relaciones que se crea entre las personas que forman el grupo. Se constituyen teniendo en cuenta las preferencias y rechazos de cada una de las personas que forman el grupo, por lo que podemos decir que están determinadas por las relaciones afectivas que se crean en él. Como por ejemplo la intimidad, el aprecio, la amistad, la indiferencia, la hostilidad…

El estudio y análisis de las estructuras en este caso se realiza a través de un sociograma. Esta técnica nos permite descubrir a través de un cuestionario, que posición ocupa cada persona dentro del grupo. Gracias a este análisis, podemos poner en marcha estrategias que mejoren las relaciones interpersonales entre nuestro alumnado, mejorando al mismo tiempo, la participación y la implicación.

Las estructuras de poder.

A través de éstas podemos ver qué posición o estatus tiene cada miembro del grupo. Estos están determinados por la influencia y la autoridad que tiene cada miembro dentro de él.

A menudo, las personas con más poder son las que ofrecen más medios para satisfacer las necesidades del grupo. Suelen ser aquellas que recompensan/refuerzan las conductas.

Por todos es sabido que el poder y la autoridad que uno ejerce en el grupo es determinante para el establecimiento de los roles del grupo. Dependiendo del grupo, los roles vendrán marcados por la especialización (grupos de trabajo, en los que cada uno es bueno en la realización de una tarea) o por el objetivo (grupos de amigos, en los que se valoran las habilidades, la popularidad, la simpatía…).

Por regla general, la persona que se encuentra en situación de poder suele tener una serie de ventajas, entre otras, que suele ser el preferido de muchos, lo que conlleva que sea más respetado por los demás miembros. Suelen ser, además, personas más comprometidas con el objetivo del grupo y por ello, suelen tener más responsabilidades.

Las estructuras de comunicación.

En nuestro día a día, la comunicación es muy importante, pero dentro de un grupo, es un elemento esencial. Si observamos cualquier grupo, podremos comprobar cómo existen preferencias individuales para comunicarse con unos, más que con otros. Por ello, podemos afirmar que la comunicación dentro del grupo no es homogénea, no se da siempre en la misma proporción entre todos sus miembros.

Según cómo se crean las estructuras de los canales de información, ésta irá de una manera u otra. Es importante tener esto en cuenta, ya que la estructura de comunicación que se establece en el grupo influye en su funcionamiento y rendimiento, más concretamente, cuando hablamos de la resolución de problemas, reparto de las tareas o distribución de la información.

H.J. Leavitt, creó, en su experimento, cuatro estructuras comunicativas en grupos de cinco personas para comprobar cómo afectaba esta estructura en el rendimiento del grupo.

• La estructura de la rueda. Es muy centralizada. Cuatro personas se comunican preferentemente con una de ellas, que se convierte en el centro del grupo. De este modo, es quien recibe y distribuye la información. Las otras cuatro personas, mantienen una comunicación muy escasa. En estos casos, el grupo era más eficaz a la hora de resolver las tareas simples; pero no eran igual de eficientes si se trataba de tareas complejas.
• La estructura circular. Es la más descentralizada, la comunicación en estos casos fluye entre todos los componentes del grupo por igual.
• La estructura en forma de Y. En este caso, hay una persona que es el centro principal en la comunicación; pero no se relaciona con todas, sino que la información le llega a través de otras personas que actúan como intermediarias.
• La estructura en cadena. Al igual que en la anterior, es moderadamente centralizada, hay una persona que están en el centro, dos intermedios y dos extremos que no se relacionan entre sí.

Curiosidad: Cómo elaborar un Sociograma

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