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2.2. Ámbito cognitivo

Podemos decir que el juego activa las habilidades cognitivas del niño y la niña, ya que le permiten comprender el mundo que les rodea y poco a poco ir desarrollando su pensamiento. 

Ya el niño siendo un bebé va construyendo esquemas mentales gracias a los movimientos que va realizando y capta poco a poco lo que hay a su alrededor a través de la percepción y de su coordinación motora, el niño aprende. La asimilación de los esquemas de acción supone el comienzo en la construcción de estructuras básicas de conocimiento. Para la elaboración de estructuras adecuadas es necesaria la interacción del ámbito social.

Ya a partir de los 2 años se dan dos avances cognitivos importantes como son la aparición del juego simbólico y el dominio del lenguaje. Y a partir de los 3 años identifica los tamaños grande y pequeño y los objetos los identifica por el tacto. A los 4 años responde a preguntas lógicas y completa analogías opuestas. Con 5 años identifica con gran facilidad los colores e identifica los objetos primero y último de una fila. Ya con 6 años el niño es capaz de recordar hechos de una historia contada y resolver pequeñas sumas y restas sencillas (números del 0 al 5).

Mediante estos avances, los pequeños desarrollan su pensamiento y aprenden; porque será a través de sus representaciones lúdicas como expresen libremente y asimilen nuevas experiencias, percibiendo el mundo que le rodea desarrollando constantemente su imaginación y creatividad.

A través del juego, los pequeños pueden ajustar su pensamiento, cometer errores y subsanarlos sin que ello les aporte efectos negativos.

Imagen:

https://psicovalencia.wordpress.com desarrollo-cognitivo