El adulto y el juego II
Durante todo este proceso tenemos que tener en cuenta que el educador/la educadora, debe ser capaz de disfrutar del juego con los niños y niñas a su cargo. Cuando nosotros demostramos interés frente a la actividad que se desarrolla, ellos y ellas lo perciben y se sienten más atraídos. No hay nada que les guste más que disfrutar de sus juegos en compañía de un adulto.
Nuestra actitud ha de ser siempre de estímulo y guía en los procesos que su actividad lúdica conlleva: procesos emocionales, afectivos y cognitivos.
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