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3.2. La familia y el juego I

Como sabemos, es muy importante la relación padre/madre – hijo/a frente al juego. Durante este tiempo, se desarrollan distintas habilidades, actitudes y capacidades que favorecerán el desenvolvimiento del niño ante la sociedad y el medio que lo rodea.

Algunos padres comenten el error de llevar la dirección del juego, coartando la iniciativa del niño. Otros padres, no juegan o no saben cómo jugar o creen que jugar con ellos es una pérdida de tiempo. A pesar de esto, es recomendable, que todas las familias entiendan que no hay nada mejor para sus hijos e hijas que jugar por jugar, disfrutar del juego y que no siempre tiene que haber una intención pedagógica.

La tarea fundamental como padre/madre es dejarlo jugar libremente y posibilitar en el máximo de lo posible las actividades lúdicas. Si hacen esto, potenciarán la confianza y la autonomía del niño/a.

Además, el juego les permite crear un lazo entre padre/madre – hijo/a. estableciendo una interacción satisfactoria entre ambos, como hemos indicado anteriormente. Durante este tiempo juntos, los padres ven lo que le gusta a su hijo/a, lo que puede hacer, cómo reacciona ante situaciones de éxito/fracaso, o en situaciones divertidas. En muchas ocasiones, el niño/niña será quien sorprenda a los padres con su imaginación, por lo que le aportará confianza y seguridad en sí mismo.

Imagen:

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