Ámbito social II
El juego para este ámbito del desarrollo es muy importante, ya que ayuda a regular las tensiones del individuo. Posee por tanto un efecto relajante o activador, y en consecuencia un valor terapéutico. El juego es autorregulador y clarificador de la conducta. A través del juego se expresa de un modo simbólico las tensiones y deseos que no puede expresar libremente en la realidad. Los juegos y el modo de jugar de los niños pueden hacer posible el diagnóstico de la situación en la que se encuentran, mediante su interpretación.
Por último, y para terminar este apartado, su importancia es esencial; porque posibilita el aprendizaje significativo del niño. La actividad lúdica capta el interés y la atención del niño, distanciándole de la tensión que para algunos conlleva las “situaciones típicamente escolares”. Al sentirse más libres, al perder el miedo al fracaso, sus actitudes se centran. Ello favorece la modificación de los esquemas de crecimiento previo en sentido positivo; estructuras cognoscitivas que, podrán ser transferidas a la resolución de situaciones cotidianas. Puede afirmarse que el juego posibilita el desarrollo evolutivo en los distintos ámbitos: cognoscitivo-lingüístico, social-afectivo, físico y motriz. Siempre se le ha atribuido al juego un valor como principio metodológico y por tanto pedagógico, educativo esencial para la formación integral del alumno, principalmente en las primeras etapas.
Imagen extraída de la fototeca del Colegio "La Reina"
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