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1.4 Agentes que intervienen en el desarrollo afectivo de la infancia

Contextualización

Dada la importancia que la familia tiene en el desarrollo afectivo de los niños y niñas, Ana intenta implicar siempre a los padres y madres en la realización de las actividades que tienen lugar en la escuela. Por ello, una vez al mes realiza una jornada de padres e hijos. 

¿Cuáles son los agentes que intervienen en el desarrollo afectivo de la infancia?

Es en la familia donde el ser humano inicia su desarrollo afectivo. Desde el principio de su existencia, en el entorno familiar, el bebé comienza a forjarse imágenes de sí mismo y del mundo que le rodea. En este sentido, la familia tiene dos funciones primordiales con relación a sus hijos: la primera, asegurar la supervivencia del bebé proporcionándole todo aquello que necesita, y la segunda, establecer una relación afectiva que estimule sus potencialidades.

Uno de los pocos instintos que el ser humano conserva a lo largo de su vida es el instinto maternal, aunque eso sí, controlado y limitado por la inteligencia y la cultura. Aun así, el instinto maternal provoca en la persona adulta el deseo de proteger a los más pequeños. Por tanto, desde el mismo momento del nacimiento, el bebé por supervivencia y la persona adulta por instinto, establecen una serie de vínculos afectivos que serán de suma importancia especialmente en el desarrollo del pequeño.

La escuela infantil

A pesar de la importancia del papel de la familia en el desarrollo afectivo del niño o la niña, existen otros agentes que van a incidir en su desarrollo. El más importante en nuestra sociedad es la escuela infantil y dentro de ella, los demás niños y niñas con los que interaccionará (sus iguales), así como las educadoras y educadores infantiles, que van a jugar un papel esencial mediante su implicación e intervención en el proceso socioafectivo y educativo.

Una niña o un niño que no se sienta acogido en la escuela infantil, porque las educadoras y educadores no le proporcionan una buena relación afectiva o, porque los conflictos en la relación con sus compañeras y compañeros no se resuelven adecuadamente, lo manifestará en la relación socioafectiva con sus familias y en su desarrollo en general.

Debido a la corta edad de niños y niñas, las educadoras y educadores asumen un grado de implicación emocional y entrega en la relación que no se da en el mismo grado en ninguna otra etapa educativa.

Esta implicación emocional todavía se pone más de manifiesto a causa del gran número de horas que pasan los niños y niñas en las escuelas infantiles, pues muchos de ellos están diariamente más horas en el centro que con sus familias.