6.4 Autismo
¿Qué es el autismo?
Es uno de los trastornos más significativos del desarrollo infantil, especialmente en lo que concierne al desarrollo afectivo y social. Encontrar una definición satisfactoria de un síndrome tan complejo como es el autista ha suscitado mucha controversia y, difícilmente, las definiciones que se han propuesto han contado con un consenso generalizado.
La publicación de referencia en el campo de los trastornos mentales – el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales- clasifica el autismo como un Trastorno Generalizado de Desarrollo en el que se integran diferentes tipos de trastornos:
• Síndrome de Kaner. Representa el autismo clásico. Este tipo de autismo, llamado así porque Leo Kaner en 1943 fue el primero en hablar de él, presenta de manera más evidente los comportamientos que caracterizan el comportamiento clásico autista y que desarrollaremos posteriormente: trastornos en la relación, alteraciones en la comunicación y el lenguaje y falta de flexibilidad mental y comportamental.
• Trastorno de Asperger. Es más evidente en la adolescencia que en la infancia y cursa con inteligencia normal, lenguaje aparentemente correcto y formalmente muy correcto e incluso pedante. Sin embargo, se trata de un lenguaje excesivamente rebuscado, extraño, con alteraciones en la melodía y poca intención comunicativa. En algunos campos pueden ser personas brillantes. Un ejemplo de ello, sería la persona capaz de aprenderse de memoria todos los números de un listín telefónico. En realidad, se trata de una memorización absurda, porque no la realiza con ninguna intención comunicativa.
• Trastorno de Rett. Este trastorno se situaría en el otro extremo. Parece que únicamente afecta a las niñas y se cree que esto es debido a que implica una mutación genética del cromosoma X. Además de presentar un grave retraso mental, también sufren retraso importante en la capacidad de andar, microcefalia progresiva (la cabeza crece a menor ritmo que el resto del cuerpo), problemas respiratorios, aislamiento y falta de lenguaje.
¿Cuáles son las dimensiones que caracterizan el espectro autista?
Los diferentes trastornos autistas coinciden en la presencia de un conjunto de síntomas o características similares, aunque su manifestación sea muy diferente de unas personas a otras. Todas estas personas presentan alteraciones en los siguientes aspectos:
- Trastorno cualitativo de la relación. Son niñas y niños que parecen aislados de su entorno, no tienen interés en relacionarse ni social ni emocionalmente y manifiestan trastornos importantes en la comunicación no verbal: mirada, expresión facial, postura corporal…
- Alteraciones de la comunicación y del lenguaje. Existe un retraso o falta de desarrollo del lenguaje oral que no es compensado con gestos o mímica por parte del niño. En caso de existir, el lenguaje es estereotipado y repetitivo.
- Falta de flexibilidad mental y comportamental. Presencia de conductas repetitivas, estereotipadas con resistencia mínima a los cambios.
También se debe de tener en cuenta que los comportamientos de las personas con trastorno autista son muy variados, incluyendo la hiperactividad, la agresividad, la impulsividad o las conductas de autolesión.
En cuanto a los estímulos sensoriales, muchas personas autistas no representan sensibilidad al dolor, a veces tienen reacciones exageradas a estímulos leves, o no detectan los peligros graves y reales. Por ejemplo, un niño gravemente afectado puede darse golpes fuertes contra la pared, estar quemándose sin quejarse, o reaccionar con agresividad al suave contacto de la mano de su maestra.
¿Qué tienes que tener en cuenta en la escolarización de niños y niñas con autismo?
En cuanto a los criterios de escolarización y a la respuesta educativa que hay que dar a los niños con TGD, es importante tener en cuenta que la etiqueta de autismo no implica un criterio único de escolarización.
Hay que tener en cuenta varios factores, tanto del niño o la niña como propios del centro escolar. Por ejemplo, la capacidad intelectual del niño, la capacidad del lenguaje y las alteraciones de conducta que presenta. Y en el caso de la escuela, es preferible que se trate de centros pequeños, con pocos alumnos, en los que haya un firme compromiso por parte del claustro de profesores y que se cuente con las ayudas y los recursos complementarios necesarios.
Curiosidad: ¿Sabes lo que es un maestro sombra?
El maestro sombra acompaña al alumno TEA en el aula ordinaria para que pueda seguir la clase. La función principal del MS es crear un puente de comunicación y entendimiento entre el niño con TEA y el ambiente escolar, con el objetivo general de la inclusión a la educación regular a través de la puesta en práctica de un conjunto de acciones orientadas a eliminar o minimizar las barreras que limitan el aprendizaje y la participación de los alumnos.
Algunas tareas del maestro sombra:
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Ayudar a reconocer las rutinas escolares dentro del salón, conductas afuera del salón y cómo responder acertadamente a eso.
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Apoyar al docente de grupo y a los compañeros del salón de clase para que conozcan de qué manera pueden dirigirse al niño con TEA y en qué áreas apoyarlo más.
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Dar información a los compañeros de clase del niño con autismo, cuando estos preguntan del por qué de sus limitaciones, acciones de concienciación.
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Crear un clima de comunicación y orientación con el docente de grupo, compartiendo el conocimiento actualizado del TEA y de los posibles abordajes terapéuticos de modificación de conducta, de tal manera, que el docente de grupo conozca más al niño y pueda manejarlo, dirigirlo y apoyarlo cuando así lo requiera.
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Estructurarle al niño las actividades escolares, elaborando una rutina visual de los periodos de trabajo y los materiales que se usarán en ellos, según requiera por la gravedad del TEA.
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La orientación de la adecuación curricular, que consiste en hacer las modificaciones pertinentes al programa escolar del docente, cuando así lo requiera, para que el niño pueda acceder a tales conocimientos requeridos a la etapa de educación básica desde sus características particulares. Dependiendo del nivel cognitivo del niño con autismo, dependerá la adecuación curricular de la actividad escolar.
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Apoyar al niño a notar los estados afectivos en sí mismo y en los demás. Por ejemplo, reconocer y manifestar a través de expresiones faciales cuando él está alegre, triste, enojado o asustado y explicarle lo que le causo tal emoción. Es importante ayudarlo a realizar acciones de empatía con los afectos de los demás; es decir, que se acerque a dar palabras de consuelo a alguien que se lastimó y está llorando.
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