3.1 Piaget y el desarrollo afectivo
Para Piaget, todo el desarrollo humano, incluyendo el desarrollo afectivo, se supedita al desarrollo cognitivo, a partir del cual se explica. Según este autor, aunque las emociones y la afectividad no pueden modificar directamente las estructuras del conocimiento, sí que pueden predisponer a adquirirlo. Es decir, el desarrollo cognitivo no puede entenderse si no se tiene en cuenta la interrelación con su desarrollo afectivo.
La adaptación como fuente de conocimiento
Partiendo de su formación biologicista, Piaget amplió la idea de que todos los seres vivos intentan adaptarse al medio en el que viven. Según él, el conocimiento es una forma de adaptación biológica de un organismo complejo- el ser humano- en un medio o entorno complejo.
Para adaptarse, el ser humano debe actuar, ya que conocer la realidad no es copiarla exactamente tal como es, sino que el conocimiento es una construcción interna de la realidad que realiza cada individuo a partir de sus interacciones con el medio en el que vive. Por tanto, el ser humano se desarrolla a partir de sus relaciones con el medio.
Un ejemplo de construcción interna de una misma realidad lo tenemos en el caso de Pablo y Carla. Una misma realidad, el perro, es conocida y construida por Pablo, de 3 meses, como algo que aparece y desaparece de su vista y ni siquiera sabe si es algo que forma parte de él o constituye un ente diferenciado. Para Carla, de 2 años, en cambio, el perro es un ser de cuatro patas, con cola, que hace “Guau!” y la distingue perfectamente de un gato o un caballo.
Para Piaget, el conocimiento como forma de adaptación está constituido por un doble proceso de asimilación y acomodación:
- La asimilación supone la integración de nueva información en las estructuras de conocimiento actuales de la persona.
- La acomodación implica una reorganización de la información presente en las estructuras cognitivas del ser humano.
Estos dos procesos no tienen por qué darse siempre uno a continuación del otro, sino que a veces es suficiente realizar una asimilación mientras que otras veces hará falta también una acomodación.
Para entenderlo mejor, un ejemplo, el niño coge un objeto, lo cual es una forma de asimilación, es decir, de incorporación a sus capacidades anteriores, y actúa sobre él moviéndolo, golpeándolo, agitándolo, pero tiene también que acomodarse a sus propiedades, a su forma, textura, tamaño, superficie, de tal manera que si se trata de un objeto grande, como una pelota, tendrá que cogerlo con dos manos y no con una, si es resbaladizo lo mantendrá de forma distinta que si es rugoso, si es alargado lo sujetará de distinta forma que si es redondeado, etc. Así se va formando un conjunto de acciones, que llamaremos un esquema, adecuadas para manipular el nuevo objeto, por ejemplo, la pelota. Si lo consigue, de ahora en adelante el niño podrá coger objetos redondos grandes, aplicando el mismo esquema de prensión con dos manos, que supone una acomodación nueva, que no existía antes.
Los estadios de desarrollo infantil
En su teoría, Piaget dividió el desarrollo infantil en cuatro etapas llamadas estadios, que son las siguientes:
- Estadio sensoriomotor (del nacimiento a los 2 años). Este periodo está marcado por un gran desarrollo mental. En este estadio el conocimiento que tiene está determinado por lo que puede hacer con un objeto en los ámbitos sensorial y motor, ya que el pequeño aún no puede expresarse con palabras.
- Estadio preoperacional (de los 2 a los 6 años). Aunque sus razonamientos continúen siendo intuitivos, el niño de esta edad ya piensa sobre los objetos sin que sea necesario que tenga una experiencia directa e inmediata con ellos, ya puede hacer representaciones. Son propios de este estadio el lenguaje, el pensamiento simbólico, la imitación de conductas (sin necesidad de tener el modelo presente), el egocentrismo (imposibilidad intelectual de ponerse en el lugar de otra persona) y la gran curiosidad que los niños y niñas sienten hacia todo (de ahí que se la denomine “la edad de los porqués). Por ejemplo, la mamá de Clara acaba de tener un bebé; si le preguntamos a Clara si tiene un hermanito nos dirá que sí, pero si le hacemos la pregunta cambiando el sujeto, es decir, si su hermanito tiene una hermana nos dirá que no.
- Estadio de las operaciones concretas (de los 7 a los 11 años). El niño empieza a utilizar la lógica para interpretar y resolver determinadas cuestiones de su realidad concreta, pero todavía no puede hacerlo si se trata de situaciones abstractas. Por ejemplo, el niño o la niña puede comprender que una bola grande de arcilla se puede descomponer en bolitas más pequeñas y volver a agruparse en la grande originaria. Sin embargo, no es capaz de imaginar una situación hipotética.
- Estadio de las operaciones formales (de los 12 años en adelante). Se trata de un pensamiento hipotético, lógico y abstracto. Aunque no todas las personas ni en todas las situaciones de la vida alcanzan este estadio.
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