5.3 Intervención en el período de adaptación
Contextualización
Como cada año en el centro de educación infantil donde trabaja Ana, se realiza una reunión inicial para explicar a los padres y madres distintos aspectos, ya que para los pequeños todo es nuevo, siendo a veces es la primera vez que se separan al niño o niña de su familia. Este año Ana es la encargada de llevar a cabo esta reunión.
¿Qué entiendes por período de adaptación?
Un momento que requiere un trato especial desde el punto de vista afectivo es el periodo de adaptación, que es el espacio de tiempo que transcurre desde que se produce la incorporación del niño o la niña al centro hasta que se encuentra plenamente integrado en él.
En el proceso de adaptación se pretende que el niño o la niña:
- Se familiarice con la escuela.
- Tome contacto con sus compañeros y compañeras.
- Adquiera confianza en las personas que se ocuparán de él durante su estancia en la escuela.
Es muy importante la intervención en esta fase, pues en la mayoría de los casos la incorporación a la escuela infantil se realiza en el periodo en que el vínculo del apego se encuentra en su máxima definición (entre los 6 y los 18 meses).
Características
Tendrás que tener en cuenta tanto a los niños como a los padres:
A. En el niño o niña que se separa por primera vez de sus padres:
- Sentimiento de pérdida del ambiente familiar donde se siente seguro y querido, sin desearlo en absoluto.
- Sentimiento de ansiedad ante lo desconocido: espacio, objetos, otros adultos, otros niños.
- Sentimiento de desconcierto ante la situación: ¿por qué se dan los dos hechos anteriores? ¿volverá a recuperar las figuras de apego? ¿cuánto tiempo durará?
- Bajada de las defensas físicas: frecuentes contagios tanto por la exposición a gérmenes, como por la propia situación emocional.
B. En los padres:
- Miedo a confiar su hijo a otros.
- Tristeza por separarse de él (sabiendo, además, que lo va a pasar mal) mezclado con cierto sentimientos de culpa.
- Será fundamental que ganemos la confianza de los padres (estos la trasmitirán a su vez al niño).
- Podrá ocurrir que los padres ante los frecuentes contagios, unido a lo anterior, terminen por retirar al niño de la escuela infantil.
Incorporación a la escuela infantil
Atendiendo a las características anteriores, es necesario plantearse cómo se debería realizar una adecuada incorporación a la escuela infantil para que esta pueda ser vivida de la mejor manera posible por los tres protagonistas implicados: el niño, la familia y también las educadoras y educadores.
- En cuanto a la niña o niño, es importante que conozca el entorno y adquiera confianza en las personas que se ocupan de él durante su estancia en la escuela. Este cambio puede ser difícil, ya que:
- Ha estado con pocas personas y entornos conocidos a lo largo de su corta vida.
- Debe pasar de recibir una atención individualizada a tener que compartir con otros niños y niñas la atención y la dedicación de una o dos personas adultas, sus educadores.
- Para las madres y los padres, en general, dejar a su hijo o hija en la escuela con personas que apenas conocen también es angustiante. Se requiere:
- Mucha confianza en los educadores que se encargarán del cuidado del pequeño.
- Asumir una cierta capacidad de separación.
¿Qué papel tienen los educadores y educadoras en el período de adaptación?
- Facilita el conocimiento de cada uno de los niños: sus hábitos para comer y para dormir, sus necesidades, sus reacciones ante la dificultad y frustración, etc.
- Permite ir estableciendo las pautas de funcionamiento diarias, las rutinas adaptadas a aquel grupo en concreto de niños y niñas.
El periodo de adaptación se inicia en los contactos previos que el centro establece con las familias antes de la incorporación del pequeño, en forma de reuniones de grupo con otras familias y de entrevistas individualizadas.
En la programación del periodo de adaptación en las escuelas infantiles, cada vez es más habitual establecer unas actuaciones y una secuencia temporal en la que madres, padres, educadores y niños coincidan en el mismo espacio y al mismo tiempo, para facilitar que la adaptación a la nueva realidad se consolide de la manera más natural posible.
Todo el proceso de adaptación debe ir transcurriendo en estrecha comunicación y colaboración entre familias y escuela, ya sea a través de la agenda o de los contactos informales a la entrada y a la salida. Ambas partes deben estar informadas de los acontecimientos más relevantes: de si llora durante mucho tiempo, de si muestra excesiva angustia, de si juega con tranquilidad, etc.
Secuencia del periodo de adaptación
1. Merienda en la escuela del grupo de niños y niñas con las familias y educadores unos días antes de empezar el curso. Así:- El pequeño conoce el espacio, su clase, el patio y a los que serán sus compañeros y compañeras.
- La madre y el padre van adquiriendo confianza y perdiendo miedo.
- A los educadores este encuentro les permite observar diferentes reacciones de los niños y niñas, y las respuestas de las familias ante posibles conflictos.
2. Acompañamiento inicial. Los primeros días de curso la madre o el padre acompañan a su hija o hijo al aula y pueden quedarse con él durante todo el tiempo. Por lo tanto, estos primeros días los niños y niñas no se quedan a comer.
3. Acompañamiento esporádico. Al cabo de unos días, la madre o el padre, cuando acompañe a su pequeño, podrá quedarse un rato con él, pero luego se despedirá y se irá. El niño o la niña ya puede permanecer en el centro un par o tres horas, pero todavía no se queda a comer. Es importante tener en cuenta dos puntos:
- Nunca tiene que irse sin despedirse, aprovechando que la criatura esté distraída, pues esto le crearía inseguridad y dificultaría su adaptación.
- No se deberán prolongar las despedidas ni dramatizarlas, para no contribuir a hacer la separación más angustiosa
4. Una vez se ha normalizado el proceso, los niños y niñas ya se quedarán a comer y a dormir y, finalmente, permanecerán en la escuela durante toda la jornada. Hacia el mes de noviembre se puede realizar una reunión general con las familias en la que se explicará cómo se ha desarrollado el proceso de adaptación de los niños y niñas del grupo, cuáles han sido las posibles dificultades y qué tipo de actividades se realizan a lo largo de un día estándar.
¿Qué tipo de dificultades puedes encontrarte en el periodo de adaptación?
Sin lugar a dudas, la adaptación es un proceso complejo durante el cual pueden surgir dificultades. Algunas de las más habituales son las siguientes:
- Imposibilidad de realizar la secuencia de adaptación que el niño o niña necesita, debido a que existen motivos laborales que lo impiden. Esto ocurre cuando los padres trabajan y la posibilidad de contar con abuelos u otros familiares es muy limitada. En estos casos los momentos de separación serán más angustiosos para ambas partes y el proceso de adaptación deberá ser seguido con especial atención por parte de las educadoras y educadores.
- Que la niña o el niño se ponga enfermo durante el periodo de adaptación. Esta situación supone una brusca interrupción del proceso y se pierden los avances que se habían logrado. A su vuelta hay que iniciar de nuevo el proceso de adaptación.
- Que la propia familia dificulte la adaptación. Sucede cuando la familia no confía suficientemente en el centro ni en las personas responsables, lo que dificulta la separación. En este caso, los propios familiares se niegan a aceptar que su hijo pueda estar tranquilo sin ellos.
- Que la madre o el padre se tomen licencias que no les corresponden durante el periodo de adaptación. En algunos casos, el hecho de permitir la entrada al aula puede hacer pensar a algunas madres o padres que esto les abre la puerta a opinar y decidir sobre lo que se hace en la escuela en relación a su hijo o a los demás niños y niñas. Debe quedar claro el rol de cada uno y, en el caso de que se produzcan interferencias, hay que decírselo a las personas que corresponda de manera asertiva.
- Incorporaciones a medio curso.
- Causas: disponibilidad de plaza en el centro o baja de algún niño o niña (ha cambiado de población).
- Circunstancias del niño o niña que se incorpora al centro: es posible que ya asistiese a otra escuela, que nunca haya asistido, que haya sido adoptado recientemente o que proceda de la inmigración.
- Incorporación a la “escuela de los mayores” (niños y niñas de 3 años)
- Se rompe el lazo afectivo con su escuela y con su educadora
- Pasan de ser los mayores de una escuela -generalmente pequeña- a ser los más pequeños de un centro de educación infantil y primaria mucho mayor.
En todos estos casos, siempre habrá que tener en cuenta la necesidad de un periodo de adaptación para el pequeño, periodo que será más o menos prolongado en función de la situación concreta del nuevo alumno o alumna.
¿Y cuando el padre o la madre se van?
Sea cual sea la opción de adaptación elegida, llegará el momento en que la madre o el padre se marcharán y la criatura se quedará con sus compañeros y su educadora. Si bien depende de cada caso, para todos los niños y niñas este momento conlleva dificultades, y para algunos, se trata de una situación bastante angustiosa. Teniendo en cuenta esto, ¿cómo organizarías estos primeros momentos? ¿y cómo actuarías con las niñas o los niños que presenten un mayor desconsuelo?
Tienes que tener en cuenta:
- Si se trata de niñas o niños que ya asistían a la escuela durante el curso anterior o si son nuevos.
- Si se trata de pequeños veteranos, en la mayoría de los casos la adaptación es más fácil y rápidamente se incorporarán a unas rutinas que ya conocen. Así, de manera autónoma, buscarán los juguetes y las propuestas de los rincones de juego y se relacionarán con sus iguales y sus educadoras de forma relajada y tranquila.
En este sentido, si observas un aula de 2-3 años en los primeros días de curso, fijándote en el comportamiento y la actitud de los niños y niñas es fácil adivinar cuáles son los que acaban de incorporarse a ella y cuáles ya asistían durante el curso anterior.
- Las educadoras y educadores acompañan a las niñas y niños, están con ellos consolándoles si hace falta, dándoles abrazos, mimos y cantando mucho.
- Durante gran parte del tiempo se realizan juegos de falda, como por ejemplo los cinco lobitos.
- A medida que las niñas y niños se van sintiendo más seguros y confiados, se podrán ir apartando de sus educadoras para explorar el espacio y los juegos del aula y del patio.
En este primer periodo, lo prioritario es la acogida y el acompañamiento a los pequeños. Se pueden planificar actividades diversas, como por ejemplo pintar o experimentar, pero su realización o no vendrá determinada por su estado afectivo, ya que lo prioritario es su bienestar.
De todas maneras, hay que tener presente que, durante este periodo, el acompañamiento a aquellas niñas y niños que se muestran más angustiados no debe crear un exceso de dependencia. Es decir, al pequeño hay que abrazarle y consolarle si lo necesita, pero también hay que permitirle que explore el entorno. Por lo tanto, si lo sentamos en nuestro regazo, es importante que pueda ver qué ocurre a su alrededor: lo que hacen sus compañeras y compañeros que ya están más adaptados, cómo juegan, se relacionan entre ellos, cantan o hasta se pelean.
Imagínate el siguiente ejemplo: María es una niña peruana de 30 meses que acaba de llegar a la ciudad y debe incorporarse a la escuela infantil a mitad de curso. Es la primera vez que acude a la escuela, pues hasta el momento había estado al cuidado de su abuela. Piensa las posibles actuaciones que se pueden realizar durante los primeros días.
Enlace de ampliación: ¡Bienvenidos al cole!
https://aventuradiminuta.blogspot.com.es/2012/08/bienvenidos-al-cole-el-periodo-de.html
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