6.1 Regresión de conducta y celos
Contextualización
Víctor es alumno de Ana, y su mamá ha tenido una reunión con ella para explicarle que el niño ha cambiado bastante desde que supo que iba a tener un hermanito. La madre quería saber si en clase también actúa distinto o simplemente es en casa cuando el niño mostraba celos. Le comenta incluso que ha vuelto a hacerse pís encima.
¿Sabes a qué se denomina regresión de conducta?
A veces, el comportamiento habitual de la niña o el niño sufre modificaciones. En ocasiones, cuando no utilizaba el chupete lo vuelve a pedir, cuando ya controlaba sus esfínteres vuelve a hacerse pipí encima o en la cama, o incluso pueden aparecer conductas más agresivas de lo que era habitual en él.
Este tipo de conductas que corresponden a etapas evolutivas anteriores ya superadas que constituyen lo que se denomina regresión de conducta. Es como un volver atrás, como si la niña o el niño, en determinados momentos, quisiera volver a ser más pequeño y por ello manifiesta retrocesos en conductas que ya tenía adquiridas. En este contexto cabe preguntarse:
- ¿Por qué se producen estos cambios?
- ¿Por qué surge esta necesidad de comportarse como un bebé?
- ¿Hay algún hecho que desencadene estas conductas?
Frecuentemente, estos cambios se asocian a los celos, aunque pueden tener otras causas, como la pérdida de un familiar, un cambio en las relaciones familiares, etc. En cualquier caso, sea cual sea la causa, hay que tener claro que cuando una niña o un niño está celoso es una criatura que sufre y que está angustiada.
¿Por qué se producen los celos con el nacimiento de un nuevo hermano o hermana?
Probablemente la causa más frecuente de que los celos aparezcan es con el nacimiento de un hermano o hermana. El pequeño se siente como un príncipe destronado y piensa que para volver a recuperar la atención de su madre y su padre ha de comportarse como su hermano menor. Las conductas que manifiesta, propias de niños más pequeños, se explican por este intento de recuperar el trono perdido.
En este punto hay que considerar lo siguiente:
a) Las relaciones entre hermanos: en esta etapa son sumamente complejas, sobre todo, en el campo de los afectos.
En teoría, los vínculos afectivos entre hermanos están basados en el amor, pero estos vínculos quedan favorecidos o perturbados de forma involuntaria por los padres. En la familia a la que pertenece, uno se puede sentir amenazado por el otro cuando percibe que puede usurparle aquello que posee, ya sea seguridad, afecto, estatus, etc. El niño tiene celos cuando presiente que su hermano puede alcanzar mayor prestigio o admiración que él. Este aspecto es muy peligroso, ya que puede originar la envidia.
b) Se afirma que una madre empeñada en repartir afecto a sus hijos puede generar involuntariamente situaciones conflictivas entre los hermanos.
c) Los celos y la envidia dependen también de la personalidad de cada niño, de su carácter o temperamento, de la estructura familiar, etc.
d) Según el lugar que ocupe la hija o el hijo entre los hermanos (primogénito, mediano, último...), si éstos son del mismo sexo o no, y según la forma en que los padres reciban al nuevo bebé y le atiendan a él, la conducta de celos se manifestará de forma diferente: la desobediencia, los cambios en la alimentación y en el sueño, la agresividad, las rabietas y las conductas de fastidio hacia el bebé (despertarlo cuando duerme, quitarle los juguetes o el chupete...), son comportamientos que pueden manifestar celos. El pequeño presenta estas formas de conducta, aunque sean negativas, porque así llama la atención de sus cuidadores y con ello recupera su identidad.
e) En algunos casos, niñas o niños muy colaboradores en el cuidado de su hermanito y en apariencia nada celosos, presentan en realidad unos celos encubiertos. Generalmente, actúan y se comportan así para contentar a sus padres, creyendo que de esta manera recibirán más atención por parte de ellos. Sin embargo, cuando están a solas con el bebé, manifiestan conductas celosas.
En cualquier caso, es importante dejar claro que es conveniente que el niño o niña pueda expresar los celos. Si los celos son reprimidos o se ridiculiza al niño o niña que los manifiesta, pueden llegar a convertirse en patológicos.
¿Qué hacer ante los celos y cómo prevenirlos?
Cuando un niño manifiesta celos hacia un hermanito o hermanita, es importante que la madre y el padre sean capaces de repartir el tiempo que dedican a cada uno de ellos y no volcarse en exceso en el recién nacido. Enseñar a compartir, hacer participar a los mayores en algunos cuidados del pequeño, no compararlos y educarlos en la diversidad son algunos principios que se deberían tener en cuenta en estos casos.
El niño/a debe ir aprendiendo que no todas las personas necesitan los mismos cuidados y que la afectividad es limitada. Por ejemplo, Laura tiene 4 años, y un día, mientras su mamá cambiaba los pañales a su hermano pequeño Eduardo, le dice: “¿Mamá, por qué le cuidas más a él? Ya no estás conmigo, siempre estás con Eduardo.” La madre le explica que el bebé necesita que le cambie el pañal. Y añade: “Sin embargo, cuando tú y yo leemos los cuentos que tanto te gustan, Eduardo está durmiendo y yo estoy contigo.”
Para prevenir los celos, es importante la preparación de la llegada del hermano o la hermana (tanto desde el hogar como desde la escuela infantil). Algunas pautas orientativas a tener presentes, siempre que sea posible, son las siguientes:
- Que los hermanos se lleven 2-3 años, porque así la criatura podrá entender mejor lo que ocurre.
- A partir del segundo trimestre de embarazo, explicarle que va a tener un hermanito o hermanita. Estas explicaciones las deberían dar la madre y el padre conjuntamente, de forma breve y adecuada a la edad del pequeño. Hay que hablar con él de forma natural y dándole a entender que habrá un miembro más de la familia. En este sentido, utilizar los pronombres nuestro o nosotros puede ser un buen recurso.
- Si hay que cambiar al mayor de habitación, es conveniente no hacerlo justo en el momento del nacimiento de su hermano o hermana.
- Sería importante que no coincidiera el inicio de la escolaridad con el nacimiento del nuevo bebé.
- Mientras la madre está en la clínica, no deberían modificarse demasiado las rutinas diarias del niño o la niña.
- La primera vez que vaya a ver a su hermanito o hermanita al hospital, sería mejor que el bebé no estuviera en brazos de su madre.
También hay que tener en cuenta que a menudo los celos no aparecen en el momento del nacimiento del hermano ni durante los primeros meses, ya que los bebés, si no son especialmente llorones y difíciles, pasan muchas horas durmiendo y “molestan poco”. En cambio, alrededor del año, cuando sus manifestaciones se hacen más evidentes y empiezan a andar, es como si le quitaran tiempo al hijo mayor y es entonces cuando este manifiesta los celos reclamando la atención de padres y educadores de forma mucho más evidente.
Por último tenemos que destacar que entre los hermanos existen verdaderas relaciones de apego:
- Los cuidados que se prestan los hermanos son muy similares a los que les prodigan sus padres.
- Los hermanos, fuera de la familia, en situaciones difíciles, se ayudan unos a otros.
- La ayuda del hermano hace más fácil la separación de la figura de apego.
- En ausencia de la madre, los hermanos pequeños se prestan mutua ayuda y seguridad.
- El ingreso en la escuela infantil es menos doloroso si van dos hermanos juntos.
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