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Organización y programación de actividades

El monitor o monitora de tiempo libre debe desarrollar programaciones dinámicas, adaptables a cada circunstancia y grupos, actuales y adaptadas a las necesidades y carencias que la sociedad de hoy en día reclama.

Debe prestar atención en la organización y distribución del tiempo, del espacio, así como el lenguaje que van a utilizar. Los recursos utilizados deben abrirse a la diversidad, y debe tenerse en cuenta que tradicionalmente se han organizado desde la perspectiva y el predominio masculino.

El monitor debe marcar unos objetivos que serán el marco de referencia: debe expresar su voluntad de luchar contra el sexismo, pues sino tal vez eduque en el tiempo libre, pero nunca coeducará, tan sólo estará trabajando en una educación mixta. Se debe valorar si se reconocen las desigualdades de tratamiento en la vida diaria, o si aparece explícitamente la igualdad de oportunidades como objetivo general, o si se realiza una propuesta con objetivos de participación equilibrada y equitativa entre chicas y chicos en las actividades del proyecto.

Debe saber qué contenidos quiere transmitir, qué actividades, ya sean éstas recreativas, deportivas o en la naturaleza, pues siguen valorando aspectos relacionados con la masculinidad, fuerza, potencia, velocidad, resistencia competitividad y están ausentes o devaluadas las relacionadas con el ritmo, la expresión, la coordinación, la cooperación. Debería prestar atención a la diversidad de juegos, procurando que los roles no estén estereotipados.

Se puede vincular la actividad física, por ejemplo, con el concepto de salud corporal y calidad de vida. Esto beneficia a los chicos y a las chicas, que así tienden a aceptar su cuerpo tal cual es y no a juzgarse según los estereotipos sexistas de belleza. Se pueden realizar propuestas de tareas y destrezas deportivas de manera progresiva, de lo global a lo específico, de la utilización de juegos de habilidades básicas a deportes concretos, permitiendo la incorporación de los dos sexos, fomentando la cooperación. Evitar las comparaciones, o reforzar a las chicas utilizándolas de ejemplo o colocar alternando los géneros, las posiciones de liderazgo, o roles de dirección, organización o control de material, así como las tareas de limpieza. Es importante realizar un reparto equitativo de éstas. Hay que descubrir nuevas actividades en las que todas las personas se sientan identificadas y motivadas.